En Oviedo hay mucha música. En Oviedo hay sitios llenos de música. En Oviedo hay bares que programan conciertos y los hay que se encuentran con un concierto y nos lo encuentran. En Oviedo casi cada noche puede irse a un local a escuchar música en directo, de todo tipo, forma y condición.
En Oviedo hay gente que hace muy buena música y que nos la da. Y la escuchamos y la aplaudimos y nos emociona y nos inspira, como los workers in song de Leonard Cohen, que son los mismos, se alojen en el Chelsea Hotel o vivan en Oviedo, nos emocionan y nos inspiran y por eso los escuchamos y los aplaudimos. Y los queremos egoístamente porque necesitamos la emoción inspiradora, siquiera para hablar de esto, para intentar no meter la pata, hacer las cosas como creemos que han de ser, no decir las que nunca se deben decir, escribir lo que se debe y olvidarnos de la dichosa y eterna dieta y de la fealdad.
En Oviedo hay gente que apuesta por la música en directo, porque sí y porque es motor económico, porque ahora hay que ofrecer algo más, que la situación económica es complicadísima.
En Oviedo hay una trastienda de la música dura y difícil, más ahora, pero la ha habido siempre. Porque a veces no se valora todo lo que supone sentarse a tocar y a cantar. Porque es un trabajo y hay que pagarlo. Porque a veces no se entiende por qué, aunque haya bolos gratuitos, otros tienen taquilla.
Hablo de música popular ahora, aunque también hay mucha música clásica, más institucionalizada y más encorsetada, por regla general, que necesitaría soltarse el corsé y la gravedad para hacerse más cercana.
Porque la música en directo es participar en lo común. Porque un garito en la parte vieja de Oviedo nos une con el Royal Albert Hall. Porque en un garito en la parte vieja de Oviedo en una silla algo incómoda sentimos lo mismo que en una silla muy incómoda del Olympia. Sentimos la misma emoción en un garito en la parte vieja de Oviedo escuchando a Sil Fernández que en la arena de un estadio de Biarritz escuchando a Neil Young. Porque forman, formamos, parte de la misma tradición. Que no es superior a otras tradiciones, pero es tan nuestra y entendemos tan bien lo que nos dice y es inspiradora y por ella sé decir lo que digo.
Y no se me ocurre mejor resumen de este año.
Y después de un día en que te sientes fea, fea por haber metido la pata, fea por no haber hecho las cosas como crees que han de ser, fea por decir las cosas que nunca se deben decir, fea por no saber escribir las cosas que siempre se deben escribir, fea por la dichosa y eterna dieta, fea por fea, no importa, we are ugly, but we have the music.

La ventana de Asturias – Cadena SER – 27 de diciembre de 2013.