Salgado está detrás de la barra del Diario Roma, un pub de la calle Mon de Oviedo, desde hace muchísimos años. Detrás, imperturbable, su bigote, poniendo música, mascando chicle.
Seguimos yendo al Diario y escuchando la misma música que hace 25 años, las mismas canciones, «Sweet Child o’ Mine», «Killing in the Name», sí, va gente más joven, menos mal, pero seguimos yendo al Diario, con más patas de gallo, más barriga, menos pelo y menos vista, y, por eso, también, seguimos sintonizando a los Stones, para sobrevivir a las noches sin ti.
El sábado pasado, de madrugada, el domingo, entonces, fuimos al Diario.
Sin quedar, sin citarnos, no hace falta, pero, pueden creerme, allí nos encontramos dos o tres generaciones de la izquierda ovetense (¿pero tú eres de izquierdas?, ¿pero tu opción política lo es?, qué me estás contando…, puf), para celebrar, porque, sí, celebramos, ya sé que no todo el mundo de igual modo, ya nos ocupamos el domingo de mascar resacas con ibuprofeno y análisis lleno de sueño, pero tuvimos, tenemos derecho a una noche de celebración, aunque pasemos esa misma noche sin ti.
Porque no voy a hacer el análisis, yo no, hay un buen puñado de análisis en este mismo medio, no hace falta irse más allá, redondos, de lo que pasó desde la tarde del viernes, cuando conectamos en Oviedo en directo con las negociaciones en Gijón entre PSOE, Xixón Sí Puede e IU, cuando supimos del acuerdo en Oviedo entre Somos, PSOE e IU, cuando seguimos el resultado del comité autonómico de la FSA, cuando se nos encogió el corazón y se nos nubló la razón viendo que se nos iba lo que habíamos empezado a vislumbrar, que nos lo merecíamos, coño.
Y ya sé que la cosa es complicadísima, les aseguro que lo sé perfectamente, no encuentren aquí ingenuidad ni simplificación.
Ya sé todos los sapos que hemos tragado y que tragaremos y nos empapizaremos. Ya sé que esto es el principio de un camino de los intrincados. Y que hay todo el trabajo del mundo. Y que, ahora que nos despedimos de los desayunos con el fin del curso escolar (no, en verano no damos desayunos, sí, sabemos que las necesidades son inmensas, no, no seguimos, necesitamos parar, si queremos continuar), ya estamos preparando la vuelta con el inicio del curso que viene. Porque abrir las grandes alamedas no se hace en un día y va a costar de narices, va a hacer falta mucho machete para desbrozar.
Ya lo sé.
Y me dan igual los discursos de quién metió el gol a quién, si es que hubo goles, me dan igual. Con la cantidad de trabajo que tenemos por delante, la satisfacción de la victoria partidista me da igual.
Porque la madrugada del domingo tocó celebrar. Y les aseguro que en el Diario, en pleno corazón del Oviedo Antiguo, en esa calle donde la catedral se muestra entrañable, había diputados electos y posibles candidatos a la presidencia del Principado, concejalas, miembros de los órganos de dirección de diversas fuerzas políticas, militantes de partidos y de redes de solidaridad popular, periodistas. Y allí, en ese amasijo de brazos, piernas y bocas para celebrar besando, hubo tiempo, también, para el agradecimiento, para el reconocimiento, Ana Taboada, te lo dije en aquel follón, muchas gracias. Porque queremos seguir otros 25 años escuchando la misma música en el Diario. Pero fuiste imprescindible para dejar de escuchar otros 25 años la misma música en Oviedo.

Asturias24 – 17 de junio de 2015.