El 10 de mayo de 2019, en la sala La Salvaje, de Oviedo, dentro de sus acústicos en El Refugio, y organizado por El Tiempo Delicuescente, Hoot’n Holler, que son Puri Penín y Michael Lee Wolfe, nos ofrecieron un repertorio en cuya base inspiradora están Woody Guthrie (por eso el nombre del concierto) y su discípulo más genial, Bob Dylan, ambos, como autores e intérpretes de canciones insertas dentro de la etiqueta «protesta», aunque ambos, también, superan cualquier etiqueta, y de los que, por supuesto, hubo canciones, pero ni las canciones fueron solo de ellos ni todas fueron las primeras que se nos ocurren si oímos la expresión «canción protesta».
Se trata, en tiempos convulsos y de discursos de la infamia, de ofrecer canciones de acogida, de refugio, dice Dylan, «come in, she said, I’ll give you shelter from the storm», de rechazo a quien rechaza, de compasión, cuya definición es «sentimiento de pena, de ternura y de identificación ante los males de alguien». Canciones que son un grito contra la xenofobia, una casa para quien es nómada sin quererlo, que son confesiones de orfandad y de soledad, y de ayuda y comprensión.

La entrada al concierto fue un paquete de compresas o unos rollos de papel higiénico, que se destinaron a las meriendas-cenas solidarias que cada quince días se celebran en el Oviedo Antiguo. Porque esos productos básicos para llevar una vida con salud son artículos de lujo para muchas de las familias que vienen a las meriendas. Porque las meriendas son un espacio de encuentro de personas cruzadas por todo tipo de diferencias: de origen geográfico, de etnia, de lengua, de religión, de educación, de recursos económicos…

Hoot’n Holler: Puri Penín y Michael Lee Wolfe. En el concierto en La Salvaje. Foto: Raquel Mónica García.

Repertorio.

Antes, el 4 de mayo, en Discos Alta Fidelidad, hubo una presentación abierta del concierto, en la que Hoot’n Holler interpretaron tres canciones. Y hubo, también, whiskey.  Con sabor amargo del Dust Bowl; para combatir el frío de la región de los Grandes Lagos, o del Village en invierno, al salir a pasear del brazo. 
Para recorrer Mermaid Avenue, que está en Coney Island.

Presentación en Discos Alta Fidelidad. Foto: Rop Zoutberg.

Clip, realizado por Asturpaco Fotografía, de la presentación del concierto. «I Shall Be Released», de Bob Dylan.

En esta lista de reproducción se pueden ver todos los clips grabados del concierto.

Estuvimos a gusto, en los dos sitios.

El 24 de julio de 2021, retomamos al fin este concierto y lo hacemos dentro de las colaboraciones que El Tiempo Delicuescente tiene con el Savoy, pues siempre fue necesario, pero, en los tiempos de la pandemia, es imprescindible que quienes tenemos la misma forma de relacionarnos con las canciones estemos codo con codo. Y este concierto, ahora, retoma su plena razón de ser.

El 30 de abril de 2022, El Tiempo Delicuescente, en colaboración con La Ciudadana, Asociación Cultural, retoma el concierto, con motivo de las Canciones para un Primero de Mayo, celebración que La Ciudadana lleva haciendo los últimos años y que, para esta ocasión, decide que sea con En Los Gatos Canyon.

Cartel: Leticia González Díaz.

 

Foto: Antón Ceballos.

Woody Guthrie y su estela de devotos seguidores y de devotas seguidoras pueden sentirse bien porque se les honró con respeto, silencio y admiración.
Pero, antes de Woody y de su estela, pueden sentirse honrados y honradas los hombres y las mujeres que dejaron su sudor, su sangre y su vida en las plantaciones; en la tierra yerma, que, junto con el viento, provoca las tormentas de polvo; aquellos y aquellas que migraron para sobrevivir y para que su prole sobreviviera; quienes murieron en un cañón de California, al estrellarse el avión que les devolvía a México, y que para los medios de comunicación solo eran anónimos «deportados», tras dejarse la piel recogiendo la fruta.

Volvimos el 21 de agosto de 2022, esta vez, en el Kuivi Pop Up, en el escenario de El Bosque, en los terrenos dejados por el hospital de Oviedo.

Foto: Paco Verdugo.

Foto. Ángel Gonzalo Canga.

Foto: Ángel Gonzalo Canga.

Cuatro años después del primer concierto, lo volvimos a hacer, en el mismo lugar, con el mismo motivo, con el mismo precio de la entrada.