Amanece en Mitilene, capital de la isla griega de Lesbos, en el mar Egeo, una mañana de octubre espléndida. El puerto está recogido por una bahía cuyo paseo muestra la ciudad, isla, griega y, por lo tanto, turística, lleno de restaurantes y de tiendas, lleno de terrazas y de pequeñas agencias de viajes. En las agencias hay carteles, en la calle, en árabe, que anuncian el viaje hasta la frontera con la República de Macedonia desde el puerto de Kavala, de la Macedonia griega, solo tres horas, dicen los carteles, esto en inglés.
Amanece una mañana de octubre espléndida en la patria de Safo, patria Mitilene por un tiempo de Aristóteles, amanece una mañana de verano, tan cerca de Turquía, y, por eso, amanece en Mitilene una nueva mañana en la que, sin salir de mi hotel, ubicado en el puerto, veo el drama de la guerra, el drama de la supervivencia, el drama de la súplica del refugio.
(Publicado en El Cuaderno en junio de 2017. Puedes leer aquí el texto completo).