Quiero contarles algo que no sucedió el pasado viernes en el Ca Beleño, en Oviedo, en uno de los templos de la ciudad, el Ca Beleño, desde hace veintiocho años, lleno de madera, de bucaneros y de violines. De cerveza.
Quiero contarles que no sucedió que un grupo de personas nos juntamos para rendir homenaje a uno de los nuestros, a un autor imprescindible en la historia de la música popular y en las pequeñas historias de cada cual que nos juntamos allí donde esto no sucedió. Nos juntamos para rendir homenaje a Neil Young, porque esa noche en que nada de esto sucedió era la luna llena de septiembre, la luna de cosecha, era Harvest Moon, y Neil Young describe esa noche en su canción como nadie puede hacerlo. Y aunque nuestra condena es hacer lo que dicen las canciones, esa noche en que no sucedió lo que aquí les cuento decidimos contradecir solo un poquito al bardo canadiense y no dejamos a nuestras criaturas durmiendo en casa, ellas también vinieron. Porque nuestras criaturas tienen que saber que hay cosas que no suceden, pero que sí ocurren, y tienen que saber que hay que seguir en el rock and roll, para aspirar a un mundo libre, a unas vidas libres o, simplemente, a unas vidas.
(Publicado en La Voz de Asturias el 18 de septiembre de 2016. Puedes leer aquí el texto completo).