Una de las cosas más interesantes al escribir es cuando el texto adquiere su propio camino y se independiza de una. Y no es una metáfora, es una experiencia casi física. Planeas escribir sobre algo y las palabras, las oraciones deciden ir por otro lado y no puedes hacer otra cosa que seguirlas, casi sin aliento, con los dedos golpeando el teclado.
Otras veces, no son las palabras una vez que les abres la puerta del folio en blanco, es la realidad, idiota, es la realidad. Iba a hablar hoy sobre la bendición y la maldición que para Oviedo supone La Regenta, esa magnífica novela que tiene la mejor descripción de los celos y que nos ha marcado con el sambenito de la siesta. Oviedo, la bien novelada, que quedó sepultada por José Ángel Fernández Villa y su fortuna blanqueada y a saber de qué procedencia y parece ser que se sabía y yo no lo había escuchado, aunque quizá sí, y no lo quise creer y se me borró. Y vino a la cabeza el papel del Sindicato de Obreros Mineros de Asturias en la historia de Asturias, en la historia del movimiento obrero, y vino a la cabeza la Revolución del 34 y el hambre y el laboratorio de la Guerra Civil y Oviedo tan abrasada y volvió a la cabeza la bien novelada porque la Revolución del 34 está contada en Nosotros, los Rivero, y ahora se cumplen 80 años del Octubre asturiano y menuda celebración con un SOMA y una Federación Socialista Asturiana, actores de la Revolución del 34 y no secundarios, abofeteados por los miles de euros hurtados, como poco, al control del fisco.
E iba a escribir no sobre la figura de Fernández Villa, bien descrita a lo ancho y a lo largo, sino sobre la militancia sindical y de partido, la militancia concienciada, con ideología, honrada, trabajadora y desinteresada. Esa militancia que llena las casas del pueblo y los cementerios civiles en el homenaje anual a Manuel Llaneza. Esa militancia de izquierdas, que no sabe nada de quienes vocean el fin de la historia, que se quiebra cuando habla de los paseos en la Guerra Civil, que no entiende no defender hasta la extenuación la república.
Y sobre eso quería hablar hasta que, al calor de los desayunos que ofrecemos en la calle Paraíso, porque quizá hayamos conseguido dar un poco de calor, nos golpea la realidad en la cara y ya nos viene gente muy desesperada, da igual la edad de sus hijos, de sus hijas, y viene el invierno y no tiene abrigo y leche para los guajes y tantas historias y un líder obrero con más de un millón de euros amnistiados y la mala gente que camina y la buena gente que vive de los caminos andados de Machado.
La ventana de Asturias – Cadena SER – 10 de octubre de 2014.